El sábado fue un gran día para el semillero, aunque no estábamos al completo, pudimos compartir un estupendo día juntas, y eso no ocurre muy a menudo, ya que como sabéis somos de distintos lugares.
Esto me ha hecho reflexionar sobre los espacios de Buentrato de los que hablamos y de cómo llegamos a él a través de tres dimensiones: personal, relacional y social
En lo personal vamos a empezar a bientratarnos de la siguiente forma: una vez al día, como mínimo, tenemos que pensar en nosotras, sólo en nosotras, es un momento en el que conectamos con nuestro placer y nuestra escucha interior y nos preguntamos: ¿qué me apetecería hacer ahora?. Esa pregunta tiene trampa…para que sea un deseo con el que conecto tiene que cumplir una serie de requisitos: que dependa sólo de mí y que no sea un regalo envenenado (fumar…) Puede ser un regalo material, espiritual…Teniendo en cuenta esto, vamos a pensar en qué nos apetece, lo vamos a imaginar, a sentir el placer que deja en nuestro cuerpo ese pensamiento y nos lo concedemos. Cuando nos lo concedemos, disfrutamos del placer del momento y después sentimos el placer de habérnoslo concedido.
En lo social vamos a disfrutar del buentrato a través de los cuidados mutuos, el placer de cuidar a las demás personas pensando en ellas, en lo que les gusta y en cómo van a disfrutar con ellas, pero también dejándonos cuidar del mismo modo.
Por último en lo relacional, el buentrato va a venir acompañado de todas aquellas personas que sumamos a nuestra vida, que la enriquecen, que están allí porque nosotras queremos: la familia afectiva. Esa familia que no es la biológica, aunque también puede pertenecer a ella, esa familia que voy construyendo a lo largo de mi vida y que será mi red de apoyo en los momentos duros.
Todo esto lo hemos disfrutado como semillero este fin de semana en Valencia. Nos hemos regalado de todo, entre todas y sobre todo ha habido mucho amor, amor del bueno ❤
Foto: La Albufera (Mavi González)