Semillas al viento

Incoherencias

Este verano he tenido una revelación. Nada nuevo por lo que echarse las manos a la cabeza sino todo lo contrario. Estaba entretenida viendo Instagram cuando empezaron a saltarme cuentas con denuncias por censura. Hasta aquí lo normal…pero esta vez me llamó especialmente la atención porque justo ese día acaba de visitar la Catedral de Burgos y encontrar esta maravilla.

Artísticamente no haré ningún comentario, salta a la vista que el pecho le sale del hombro pero eso pasa porque los escultores eran en su mayoría hombres sin conocimiento de anatomía. El caso es que cuando vi la obra pensé en la cantidad de fotos censuradas, miradas de censura y otras miserias que nos echan a las mujeres cuando públicamente damos de mamar, siendo lo más natural del mundo y habiéndolo sexualizado hasta el extremo. Culpa de la mojigatería que si tuviera más pensamiento crítico vería que el pecho de las mujeres aparece en la historia del arte desde los principios de la humanidad y no asusta a nadie más que a ellxs.

Las mujeres hemos sido y somos modelos para la humanidad, tanto en obras de arte como en moda, publicidad, etc. Lo malo es que esos mismos cánones de belleza que lucimos los impone, como no, el patriarcado. Enseñar tetas sí, pero en privado, en público mal! tápate cochina! Sólo son admisibles si se trata de pornografía, entonces barra libre!

El colmo ha venido cuando Instagram ha censurado, además de todo aquello que se parezca a un pezón, el famoso cuadro El origen del mundo de Gustave Courbet y se ha liado parda. Si no lo conoces te lo dejo aquí para que le eches un vistazo.

El caso es que una artista, Deborah de Robertis, ha decidido representar el cuadro al natural y claro, que te manden una foto de un pene erecto que no quieres ver bien, pero una vagina…¿estamos locas? ¿A quién se le ocurre exhibir una vagina? Sigamos pensando que no existen, porque lo que no se ve, no existe. Sigamos pensando que son feas, que huelen…sigamos haciendo la ola al patriarcado con todo lo que nos atañe personalmente. Pero recordemos: lo personal es político.

El mundo está lleno de incoherencias pero el desnudo femenino se lleva la palma. Abras la aplicación que abras te encontrarás miles de fotos de mujeres en todas las posturas y con la menor ropa posible. Cuentas que Instagram ni ninguna otra aplicación censuran. Pero no se te ocurra mostrar un desnudo artístico, dar de mamar en la calle o enseñar de refilón un pezón porque vas a la hoguera de cabeza hermana. Señores sin camiseta bien, señoras sin camiseta mal! Las tetas son tetas para ambos sexos, en el femenino crecen, se desarrollan y además sirven para alimentar a las criaturas, pero de ninguna manera eso es ofensivo, sólo lo es para las mentes sucias, si tienes una de esas agua y jabón.

Otra incoherencia que tiene que ver con los tiempos que vivimos y el arte es la paternidad. ¿Recuerdas alguna imagen de San José cuidando del niño Jesús? Pues las hay, poco conocidas, poco distribuidas, pero haberlas, haylas. Yo he encontrado una escultura junto a la virgen de la primera foto.

Viéndola pensé las veces que vemos a la Virgen en la posición de madre y cuidadora y las pocas veces que vemos esta imagen. ¿Coincidencia? no lo creo. Es más fácil mostrar el cuidado desde lo femenino que desde lo masculino dejando así sobre ellos una imagen de descuido de su prole. Lo dicho anteriormente, lo que no se ve, no existe. Y volvemos a los referentes y al patriarcado. Si sólo mostramos imágenes de mujeres criando y cuidando aprenderán que ese es su papel…

Menos mal que poco a poco hay más gente pensando bonito, trabajando el cuidado, el autocuidado y el buentrato en todas las esferas. Observemos la vida desde ese buentrato, abramos la mente a otra mirada más amorosa, aboguemos por lo natural, por lo respetuoso y dejemos vivir al resto con lo suyo, que ya es bastante.

Cuentos, Semillas al viento, Talleres

En busca de la felicidad

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Este sábado pudimos disfrutar de una mañana estupenda con un taller muy significativo: En busca de la felicidad

Partiendo del cuento de El árbol rojo llegamos a interesantes reflexiones.

¿Qué es la felicidad? o mejor aún, ¿qué nos venden cómo felicidad?

Depende de a quién preguntes te responderá una cosa u otra. La felicidad es algo intangible, se siente o no se siente. Nos provoca alegría sentirla, pero también nos puede provocar sentimientos de frustración, ansiedad o desesperación creer que nunca la vamos a tener.

Vivimos inmersas en un sistema capitalista que produce deseos en cadena y muchas veces sentimos que nuestra felicidad va ligada a esos deseos o mejor, al hecho de conseguirlos. Hay quien es feliz acumulando cosas al igual que hay quien es feliz con lo mínimo. (Ojo, que ahora llegan las Navidades)

Tener todo lo que ansiamos no es tener la felicidad, aunque puede que creamos que sí. Creemos que somos libres, que tenemos la voluntad de elegir lo que queremos y en esas elecciones basamos también nuestra felicidad. Pero, ¿somos libres? O somos felices pensando que somos libres.

A veces nos pasamos la vida esperando algo…y ese algo no llega y eso nos hace infelices: esperamos la pareja de nuestra vida, el trabajo de nuestra vida, tener una familia, vamos, el paquete completo, y aquí volcamos nuestras expectativas, todo aquello que diseñamos a nuestro antojo y por lo que medimos el resto de las cosas y al resto de las personas.

Si vamos pensando en alcanzar la perfección y esta nunca llega porque nuestras expectativas son muy altas, lo único que alcanzaremos será un estado de frustración continuo.

Pero, ¿qué hacemos nosotras para que aquello que queremos ocurra? ¿Qué tipo de raíces tiene nuestro árbol de la vida? Si resulta que no estoy obteniendo los frutos que quiero, tendré que mirar si estoy abonando bien el terreno, si mis raíces, que son mis fortalezas están en buen estado o están podridas.

Proyectar mis deseos, mis frutos, y no conseguirlos no me lleva a la felicidad, sin embargo, si soy capaz de redirigir mis objetivos, priorizarlos y relativizarlos, probablemente sea más fácil que mi listón de la felicidad se ponga a mi alcance.

Para eso voy a revisar mis expectativas en mis tres niveles:

¿Qué quiero para mí?

¿Qué quiero para mis relaciones?

¿Qué quiero en mi mundo?

Es imprescindible revisar de tanto en tanto mis expectativas para ver dónde estoy en cada momento vital, porque si no, veré la vida pasar y con ella las oportunidades que quería para mí. El universo nos va dejando pistas, sólo hay que saber verlas y atraparlas al vuelo.

De esta forma podremos ir modificando nuestros planes y cuando surge una crisis, no sólo seremos flexibles en su tránsito sino que saldremos fortalecidas de ella, aprenderemos a sacarle el lado positivo.

Y,  ¿qué tienen que ver mis expectativas con el género? Pues todo. El sistema patriarcal nos enseña que no valemos lo suficiente solas, que no podemos llegar a lo más alto porque ya se encarga de no llevar a cabo la conciliación laboral, se encarga de que estemos pendientes de desear lo que no somos, porque en ese camino es donde él nos tiene subyugadas. A lo largo de la historia a las mujeres se nos negó estudiar, se nos negó trabajar y a las pioneras, esas mujeres que lograron salir adelante a pesar de todo, se las enterró bajo miles de nombres masculinos para que no asomaran la cabeza.

Pero ahora tenemos la posibilidad de plantar cara, de reprogramar toda esa historia que han  querido vendernos y de tomar las riendas de nuestra vida.

En ocasiones sabemos lo que queremos, pero también tenemos la creencia de que no va a ser suficiente, de que no valemos para ello, o peor aún, de que no nos lo merecemos (síndrome de la impostora) y aquí entra en juego una glándula muy útil que tenemos situada justo en medio del esternón y que se llama TIMO. El timo fue utilizada para la reprogramación durante años, y no es casualidad: esos golpecitos en el pecho al ritmo de por mi culpa, por mi culpa, no hacían más que incorporar en nuestros cerebros la idea de que todo era por nuestra culpa y con esa losa encima, ¿quién avanza?

Por eso es muy importante cambiar nuestra forma de pensar sobre nosotras, de vernos en positivo, de creer en lo que hacemos y en estar seguras de que lo que hacemos está bien hecho: PUEDO, QUIERO Y MEREZCO y esto también podemos hacerlo utilizando la misma glándula. Visualizando lo que deseamos y dándonos unos golpecitos al ritmo de quiero, puedo y merezco. No es un ejercicio largo, bastan cinco minutos al día y es efectivo.

Necesitamos empezar a buscar la felicidad dentro de nosotras, buceando hasta encontrar nuestra verdadera esencia, aquella que tiene mucho que ver con nuestra niña interior, lo que deseaba, lo que soñaba, lo que realmente le hacía feliz. Sólo en esa comunión con nosotras mismas está la respuesta.

Así que la propuesta es sencilla, volver a entablar conversaciones serias con aquella niña, conversaciones que nos den pistas de lo que hemos olvidado u omitido por estar inmersas en satisfacer deseos que no nos llevan a ninguna parte, e incluso deseos de terceras personas. Ajustar nuestra realidad a nuestros propios deseos es el único camino a seguir.

firma mavi

Semillas al viento, Talleres

Lo que doy de mí

¿Cuántas veces al día te descubres haciendo cosas para otras personas y sin tiempo para dedicarte a ti misma? ¿A qué dedicas tu tiempo? ¿y tu energía? ¿sabes poner límites? ¿sabrías delimitar tu espacio personal? ¿sabes estar sin hacer nada?

Dice Marcela Lagarde que las mujeres somos “seres para otros” y partiendo de esta afirmación vamos a ir analizando el porqué siempre encontramos tiempo para las demás personas y poco para nosotras mismas.

En Mayo te propongo un taller para reflexionar sobre nuestro propio autocuidado en un espacio de confianza y buentrato. Con la metodología de Terapia de Reencuentro y con técnicas de relajación, corporalidad, teatralización, cuentos…

Cuidarnos para poder cuidar, no perder de vista nuestros deseos, nuestras aficiones, aprender a gestionar nuestro tiempo para dar lo mejor de nosotras mismas incluyéndonos en la ecuación.

A través de dinámicas haremos consciente el aprovechamiento del tiempo y en lo que damos de nosotras mismas en él.

Te invito a sumarte a este nuevo taller que tendrá lugar el próximo sábado 18 de Mayo de 10-14h. en Terapias Naturales (San Juan de Covas 2-local 6, Alcorcón)

El precio del taller es de 20 euros y para reservar tu plaza sólo tienes que enviarnos un correo a semillasdebuentrato@gmail.com

Accesos desde Madrid:

Renfe: C-5 desde Atocha- San José de Valderas + 3 minutos andando

Metro: L-10 Joaquín Vilumbrales + 8 minutos andando.

Autobús: 511 desde Príncipe Pío- parada Renfe + 3 minutos andando.

Recomendable traer algo para tomar notas, ropa cómoda y un cojín, ya que trabajaremos en el suelo.

Te espero con el corazón abierto ❤

lo que doy de mí