Semillas al viento

La Rueda de la Vida: Imbolc

En nuestra felicitación navideña te contaba que este año vamos a tener en cuenta La Rueda de la Vida para llevar a cabo pequeños rituales, fáciles e intuitivos, que nos ayuden a ponernos en consonancia con los elementos que nos rodean. Aprender a escuchar a la Naturaleza, respetarla, sentirla, ver cómo cambian sus ciclos. Entonces comenzamos con el ritual de Yule y vamos a ir completándola a través de sus ocho celebraciones.

La Rueda de la Vida marca y celebra el paso de las estaciones: nacimiento, crecimiento, declinación y muerte y vuelta a empezar con un nuevo renacimiento.

Para ello vamos a crear algo mágico. La magia existe, no tiene que ver con varitas ni encantamientos, ni capas ni sombreros picudos, la magia está en cada una de nosotras, en lo que pensamos, en lo que hacemos, en lo que transmitimos. Esta es la idea de este ejercicio anual.

Es algo sencillo, rituales que podemos hacer en casa y que llevarán la intención que cada cual les ponga. No vamos a necesitar grandes cosas. Siempre que salgas a la calle y disfrutes de espacios abiertos, conecta con la Naturaleza y mira a ver qué te ofrece. Puede ser una piedra bonita que encuentres en el camino, hojas, frutos, ramas…todo lo que para ti tenga un significado especial o te parezca que pueda acompañarte en estos rituales. Antes de tomar nada de la Naturaleza, pide permiso. Pasado el año podrás devolverlo al mismo sitio si te apetece.

Con todo lo recogido y lo que te apetezca añadir como velas o frasquitos con plantas o agua, busca un lugar de poder en tu casa. Un sitio en el que poder llevar a cabo el ritual. Puede ser un rinconcito, una maceta grande, un plato o fuente…busca, conecta y sé creativa.

Te dejo unas pistas para trabajar los elementos a través del color de las velas u otros objetos:

  • Agua: azul índigo o negro
  • Fuego: rojo, violeta
  • Tierra: amarillo, naranja
  • Madera: verde, azul claro
  • Metal: blanco, gris

Y ahora sí, entramos en el primer ritual del año: IMBOLC o fiesta de la purificación. Se celebra el 2 de Febrero, y aquí la conocemos con la Candelaria. En esta fiesta honramos las semillas plantadas en Yule y que están germinando bajo tierra.

Vamos a pedir guía e inspiración para nuevos proyectos y aprovecharemos para hacer rituales de limpieza en toda la casa.

Para ello te invito a recoger y secar salvia, o a comprarla en algún herbolario. Si no encuentras puedes también quemar Palo Santo. Recoge varias piedras que te sirvan para crear un círculo en tu lugar de poder.

En este ritual utiliza colores amarillos o naranjas en tus velas o flores y coloca las piedras en círculo colocando las velas en el centro. También puedes poner semillas para simbolizar esos nuevos proyectos.

Siéntate frente a tu espacio sagrado, con todos los elementos que hayas puesto en él, cierra los ojos y conecta con la intención y el propósito que quieres para este ritual.

Te dejo aquí la visualización de Imbolc para que te ayude en el ritual.

Coge la savia seca, préndela con cuidado o el palo santo y limpia con ella cada espacio de tu casa para renovar las energías. Puedes hacerlo diciendo algo en cada una de ellas.

Para terminar vuelve a tu espacio sagrado para agradecer y cerrar el ritual. Puedes también darte un baño tras el ritual para renovar tu energía. El baño simboliza el renacimiento.

Espero que disfrutes el ritual.

Semillas al viento

Miedos y prejuicios

El sábado viví una bellísima experiencia y me apetece compartirla con vosotras ya que me hizo reflexionar mucho sobre mí y mi camino.

Hace muchos años, cuando recién  comenzaba a transitar el camino del autoconocimiento, recuerdo que llegaban a mí, técnicas de respiración para la relajación y otras pautas para controlar la ansiedad y el desasosiego que me acompañaban por aquel entonces.

Yo que siempre he pecado de incrédula, no hacía mucho caso a estas recomendaciones y pasaba por ellas de largo e incluso me permitía bromear sobre las técnicas o sobre las personas que las practicaban (miedos y resistencias se apoderaban de mí sin yo saberlo) Ahora sé que no es que yo fuera incrédula, que también, sino que esas invitaciones que me hacían a respirar y desde ahí poder controlar mis emociones,  implicaban un esfuerzo y un trabajo por mi parte y yo que, como la mayoría de mi generación, estaba acostumbrada a la rapidez e inmediatez sin esfuerzo, la opción que me daban de autorregularme no entraba en mis cálculos. Yo quería una solución a mis problemas a modo de varita mágica donde con un click, la ansiedad pasara, me sintiera más relajada y dejara de sufrir. Los profesionales que me acompañaban por aquel entonces me lo  facilitaban mucho, pues  me dispensaban todas las varitas mágicas que quisiera en forma de medicación; pastillas para dormir, para relajarme, para animarme y estar más activa, complejos vitamínicos para los dolores musculares y de cabeza porque cualquier cosa que le contaras al médico de turno tenia solución con una pastilla. Eso sí que era magia, o a mí me lo parecía.

Años después, me aventuré en la mayor experiencia de crecimiento personal que he vivido hasta el momento y lo hice como hago casi todo lo importante en esta vida, sin apenas pensarlo y sin estar preparada. He llegado a la conclusión de que esta es la forma en que la vida quiere que yo vaya aprendiendo, sobre la marcha y atravesándome el cuerpo, que por otra parte es el aprendizaje más real y profundo que existe, así que quizás, aunque yo no me sienta preparada, seguramente lo estoy o termino estándolo y es por esto que me siento muy agradecida.

Como os contaba, durante esta formación tan potente, atravesé momentos muy complicados en los que recuerdo como me decían constantemente “respira, y al respirar reciclas las emociones” “al respirar cambia la emoción” y más “respira y respira” que a mí me sonaba en ocasiones como si hablaran en clave y  me estuviera perdiendo parte de la conversación o a veces me parecía pitorreo porque yo no podía entender como pretendían que se me pasara el disgusto sólo con respirar. (Recordad que yo estaba acostumbrada a la varita mágica que todo lo cura rápidamente)Porque yo respirar respiraba,  que si no me hubiera muerto, pero claro, no funcionaba.

Poco a poco fui comprendiendo el significado de aquello que me querían decir porque cada vez tomaba más conciencia de mi respiración e iba aprendiendo a hacer respiraciones completas, que es una cosa que tiene mucha lógica y parece muy fácil pero que si llevas muchos años respirando superficialmente a la altura de la clavícula (sin apenas entrar aire a tus pulmones más que para sobrevivir) pues es muy difícil cambiar el patrón respiratorio, como cualquier cosa.

A la vez empecé a ir a clases de Pilates, porque esto es así, cuando empiezas a hacer cambios en tu vida cada vez te quieres más y te cuidas más, y el Pilates es muy bueno para el cuerpo y también se trabaja mucho la respiración por lo que me venía genial. Me apunté a Pilates y no a Yoga porque eso era demasiado espiritual para mí… en fin. Necesité casi dos años de Pilates para dar el paso y probar el Yoga. Me encantó desde el primer momento.

Ahora asisto dos veces en semana a Yoga e incluso, muy de vez en cuando, saco la esterilla en mi casa y me dejo fluir con lo que me pide el cuerpo.

Ahora ya he aprendido a respirar (de una forma útil y poderosa),  a sostenerme en el llanto y en la ansiedad, ahora puedo reconvertir una emoción dolorosa, sacarla de mí y encontrar la paz. Ahora comprendo aquel lenguaje en el que me hablaban.

He llegado hasta aquí deconstruyéndome y rehaciéndome desde el amor que ahora siento que me tengo. Por este camino no me han servido las varitas mágicas porque esas lo único que consiguen es adormecer tu sentir y alejarte de tu verdadero centro. Para andar este camino de autoconocimiento me he valido de mi propia magia y de la de mis aliadas en el transitar de mis laberintos. He dejado atrás creencias erróneas, muchos prejuicios y resistencias. Ha sido complejo pero puedo decir que me ha engrandecido caminarlo.

Y ¿porque he querido compartir esto hoy? Pues porque el sábado asistí a mi primer Kirtan, que es un concierto de mantras donde todxs lxs asistentes participan, dirigido por Vika Gurskaya (@lylytktana) de Yoga Arte Cáceres. Reconozco que tenía mis reticencias a asistir pero era una invitación de mi maestra de yoga por el aniversario de su sala, Home Yoga Shala (@home_yogashala_merida) y me decidí a probar. Dejé a un lado mis prejuicios, me permití experimentar algo diferente y disfrutarlo. Es cierto que en algún momento venían a mis pensamientos algunas frases del tipo “esto hace un tiempo te parecería una secta “o “anda ya! cómo va a meditar nadie con tanto ruido”. Cuando esos pensamientos venían los acogía y me permitía darme cuenta de cuáles son mis miedos y mis prejuicios y cómo a veces dejamos que estos limiten nuestra vida, dejando de hacer cosas o de conocer personas sólo por aquello que hemos creado en nuestra cabeza.

En el momento que me permití disfrutarlo sin complejos y sin expectativas lo disfrute enormemente ya que se genera una energía preciosa entre todas las personas que asisten y la vibración que transmite la repetición de mantras favorece el estado de meditación y serenidad. Así que cuando me vi a mí misma disfrutando de los efectos de la práctica, no pude más que echar la vista atrás a aquellos años en los que la sola invitación a realizar respiraciones profundas me parecía la idea más desorbitada del mundo.

Cuentos, Semillas al viento, Talleres

En busca de la felicidad

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Este sábado pudimos disfrutar de una mañana estupenda con un taller muy significativo: En busca de la felicidad

Partiendo del cuento de El árbol rojo llegamos a interesantes reflexiones.

¿Qué es la felicidad? o mejor aún, ¿qué nos venden cómo felicidad?

Depende de a quién preguntes te responderá una cosa u otra. La felicidad es algo intangible, se siente o no se siente. Nos provoca alegría sentirla, pero también nos puede provocar sentimientos de frustración, ansiedad o desesperación creer que nunca la vamos a tener.

Vivimos inmersas en un sistema capitalista que produce deseos en cadena y muchas veces sentimos que nuestra felicidad va ligada a esos deseos o mejor, al hecho de conseguirlos. Hay quien es feliz acumulando cosas al igual que hay quien es feliz con lo mínimo. (Ojo, que ahora llegan las Navidades)

Tener todo lo que ansiamos no es tener la felicidad, aunque puede que creamos que sí. Creemos que somos libres, que tenemos la voluntad de elegir lo que queremos y en esas elecciones basamos también nuestra felicidad. Pero, ¿somos libres? O somos felices pensando que somos libres.

A veces nos pasamos la vida esperando algo…y ese algo no llega y eso nos hace infelices: esperamos la pareja de nuestra vida, el trabajo de nuestra vida, tener una familia, vamos, el paquete completo, y aquí volcamos nuestras expectativas, todo aquello que diseñamos a nuestro antojo y por lo que medimos el resto de las cosas y al resto de las personas.

Si vamos pensando en alcanzar la perfección y esta nunca llega porque nuestras expectativas son muy altas, lo único que alcanzaremos será un estado de frustración continuo.

Pero, ¿qué hacemos nosotras para que aquello que queremos ocurra? ¿Qué tipo de raíces tiene nuestro árbol de la vida? Si resulta que no estoy obteniendo los frutos que quiero, tendré que mirar si estoy abonando bien el terreno, si mis raíces, que son mis fortalezas están en buen estado o están podridas.

Proyectar mis deseos, mis frutos, y no conseguirlos no me lleva a la felicidad, sin embargo, si soy capaz de redirigir mis objetivos, priorizarlos y relativizarlos, probablemente sea más fácil que mi listón de la felicidad se ponga a mi alcance.

Para eso voy a revisar mis expectativas en mis tres niveles:

¿Qué quiero para mí?

¿Qué quiero para mis relaciones?

¿Qué quiero en mi mundo?

Es imprescindible revisar de tanto en tanto mis expectativas para ver dónde estoy en cada momento vital, porque si no, veré la vida pasar y con ella las oportunidades que quería para mí. El universo nos va dejando pistas, sólo hay que saber verlas y atraparlas al vuelo.

De esta forma podremos ir modificando nuestros planes y cuando surge una crisis, no sólo seremos flexibles en su tránsito sino que saldremos fortalecidas de ella, aprenderemos a sacarle el lado positivo.

Y,  ¿qué tienen que ver mis expectativas con el género? Pues todo. El sistema patriarcal nos enseña que no valemos lo suficiente solas, que no podemos llegar a lo más alto porque ya se encarga de no llevar a cabo la conciliación laboral, se encarga de que estemos pendientes de desear lo que no somos, porque en ese camino es donde él nos tiene subyugadas. A lo largo de la historia a las mujeres se nos negó estudiar, se nos negó trabajar y a las pioneras, esas mujeres que lograron salir adelante a pesar de todo, se las enterró bajo miles de nombres masculinos para que no asomaran la cabeza.

Pero ahora tenemos la posibilidad de plantar cara, de reprogramar toda esa historia que han  querido vendernos y de tomar las riendas de nuestra vida.

En ocasiones sabemos lo que queremos, pero también tenemos la creencia de que no va a ser suficiente, de que no valemos para ello, o peor aún, de que no nos lo merecemos (síndrome de la impostora) y aquí entra en juego una glándula muy útil que tenemos situada justo en medio del esternón y que se llama TIMO. El timo fue utilizada para la reprogramación durante años, y no es casualidad: esos golpecitos en el pecho al ritmo de por mi culpa, por mi culpa, no hacían más que incorporar en nuestros cerebros la idea de que todo era por nuestra culpa y con esa losa encima, ¿quién avanza?

Por eso es muy importante cambiar nuestra forma de pensar sobre nosotras, de vernos en positivo, de creer en lo que hacemos y en estar seguras de que lo que hacemos está bien hecho: PUEDO, QUIERO Y MEREZCO y esto también podemos hacerlo utilizando la misma glándula. Visualizando lo que deseamos y dándonos unos golpecitos al ritmo de quiero, puedo y merezco. No es un ejercicio largo, bastan cinco minutos al día y es efectivo.

Necesitamos empezar a buscar la felicidad dentro de nosotras, buceando hasta encontrar nuestra verdadera esencia, aquella que tiene mucho que ver con nuestra niña interior, lo que deseaba, lo que soñaba, lo que realmente le hacía feliz. Sólo en esa comunión con nosotras mismas está la respuesta.

Así que la propuesta es sencilla, volver a entablar conversaciones serias con aquella niña, conversaciones que nos den pistas de lo que hemos olvidado u omitido por estar inmersas en satisfacer deseos que no nos llevan a ninguna parte, e incluso deseos de terceras personas. Ajustar nuestra realidad a nuestros propios deseos es el único camino a seguir.

firma mavi

Semillas al viento, Talleres

Lo que doy de mí

¿Cuántas veces al día te descubres haciendo cosas para otras personas y sin tiempo para dedicarte a ti misma? ¿A qué dedicas tu tiempo? ¿y tu energía? ¿sabes poner límites? ¿sabrías delimitar tu espacio personal? ¿sabes estar sin hacer nada?

Dice Marcela Lagarde que las mujeres somos “seres para otros” y partiendo de esta afirmación vamos a ir analizando el porqué siempre encontramos tiempo para las demás personas y poco para nosotras mismas.

En Mayo te propongo un taller para reflexionar sobre nuestro propio autocuidado en un espacio de confianza y buentrato. Con la metodología de Terapia de Reencuentro y con técnicas de relajación, corporalidad, teatralización, cuentos…

Cuidarnos para poder cuidar, no perder de vista nuestros deseos, nuestras aficiones, aprender a gestionar nuestro tiempo para dar lo mejor de nosotras mismas incluyéndonos en la ecuación.

A través de dinámicas haremos consciente el aprovechamiento del tiempo y en lo que damos de nosotras mismas en él.

Te invito a sumarte a este nuevo taller que tendrá lugar el próximo sábado 18 de Mayo de 10-14h. en Terapias Naturales (San Juan de Covas 2-local 6, Alcorcón)

El precio del taller es de 20 euros y para reservar tu plaza sólo tienes que enviarnos un correo a semillasdebuentrato@gmail.com

Accesos desde Madrid:

Renfe: C-5 desde Atocha- San José de Valderas + 3 minutos andando

Metro: L-10 Joaquín Vilumbrales + 8 minutos andando.

Autobús: 511 desde Príncipe Pío- parada Renfe + 3 minutos andando.

Recomendable traer algo para tomar notas, ropa cómoda y un cojín, ya que trabajaremos en el suelo.

Te espero con el corazón abierto ❤

lo que doy de mí